Resumen
David Lynch es un director, junto con otros autores, particularmente Michael Haneke y Lars von Trier, cuya identidad autoral y autoridad creativa —y los desafíos a los que estos se enfrentan en el siglo XXI— se ven terciadas por actos de autocontradicción performativa. Desde un punto de vista más amplio, David Lynch puede representar, de forma contradictoria, aunque bastante creíble, el carácter cambiante y las actuales transformaciones del cine, quizás más que cualquier otro director, precisamente porque encarna muchas de sus contradicciones contemporáneas. Las películas conocidas como su trilogía de Los Ángeles —Carretera perdida (Lost Highway, 1997), Mulholland Drive (2001), e Inland Empire (2006)—, constituyentres piezas altamente reflexivas acercade la cinematografía o meta cine, cuyos aspectos reflexivamente contradictorios son analizados en este texto bajo la etiqueta de mind-game films.