Resumen
En Mad Men, la mujer es cuestión de imagen. Es el reflejo de una cultura del consumo que ha proporcionado los instrumentos necesarios para imaginar otra sociedad, otro mundo. Don Draper, su protagonista, representa el estilo de ese universo. El ideal de una época, los sesenta, en la que la mujer continua cosificada a través de la publicidad. Una década, centrada en la conquista de las emociones internas de la sociedad, que el cine representa a través de una estética de lo imaginado, en la que la realidad se confunde con la evocación, y la mujer real es contaminada por las fantasías masculinas dominantes.